jueves, 28 de marzo de 2013

Características del bosque de coníferas

 

Un ancho cinturón de coníferas, con sus árboles de hojas aciculares, envuelve el planeta al sur de la tundra. La frontera entre estos dos biomas recibe el nombre de línea de arbolado, aunque se trata más  bien de una ancha faja que empieza con grupos dispersos de árboles bajos (que se desarrollan ya sobre la tundra) y que van haciéndose cada vez más tupidos y vigorosos hasta constituirse en bosque cerrado. El bosque de coníferas recibe el nombre de taiga, o bosque boreal, y se forma en latitudes donde la estación de crecimiento es demasiado corta y fría para muchos árboles, caducifolios (que pierden la hoja en invierno); con todo, incluye unas pocas espe caducifolias como abedules, sauces, álamos temblones (Populus trémula), serbales (Sorbus aucuparia) y alerces (género Larix). ,
Esos bosques están entremezclados con zonas pantanosas, llamadas «muskeg», pobladas por el alerce americano oriental (Larix laricina), que no puede competir con las especies propias de lugares menos húmedos. En conjunto, los árboles caducifolios se dan mejor en las zonas pantanosas, y son los primeros colonizadores después de los incendios.
El suelo del bosque de coníferas es ácido y pobre, porque las agujas de estos árboles se descomponen despacio y desprenden ácidos húmicos que son introducidos en el suelo por la lluvia y lixivian los nutrientes minerales vitales. Estos suelos reciben el nombre de podsol y se caracterizan por una estructura estratiforme de oscuro humus y mantillo de hoja en la superficie, con capas pálidas de arena y arcilla debajo y un horizonte compuesto de óxidos de hierro pardorrojizos. A pesar de la poca calidad del suelo, los árboles sobreviven en él gracias a su íntima relación con micorrizas, que extraen nutrientes minerales del suelo y los dejan en sus raíces; los hongos reciben en cambios de los árboles productos ela­borados por fotosíntesis.
Las coníferas no suponen una gran fuente alimentaria para la fauna, debido a que sus agujas son de difícil digestión. Con todo, hay orugas que se alimentan de sus brotes, y los piquituertos, cascanueces y ardillas de sus piñones; y cada parte del árbol mantiene algún tipo de insectos. En cambio, los caducifolios sauces o álamos temblones son importantes como fuente alimentaria para ramoneadores como los alces, europeos o americanos, y otros cérvidos.
En el sotobosque, cuando la luz puede penetrar el tupido follaje de los árboles, se forma una alfombra de musgos, hierbas y plantas bajas leñosas. El sotobosque es la guarida de ratas de agua, lemmings, gallos lira, ánsares y limícolas, que, a su vez, mantienen a toda una comunidad de depredadores: aves rapa­ces diurnas y nocturnas, linces, lobos, glotones y otros mustélidos.
En la costa occidental de América del Norte, hay algunos bosques de coníferas excepcionales, de suelo profundo y rico y de clima menos duro que en los demás bosques de coníferas, abastecidos de humedad por nieblas acarreadas por el fresco y húmedo aire del mar. Viven en ellas las gigantes secuoyas (Sequoia sempervirens), que alcanzan más de 100 m de altura, y de longevos pinos de Colorado (Pinus aristata), cuyo ejemplar más antiguo (llamado árbol de Matusalén) tiene 4600 años.
Caracteristicas del bosque de coniferas.
En las Montañas Rocosas de America del Norte la línea del arbolado abarca alrededor de 8750 m y marca la frontera de las zonas alpina y subalpina

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